CASA DO QUINTAL #Arquitecturademadera
Arquitectura: Miguel Marcelino
Fotografía: Lourenço T. Abreu (Archivo Miguel Marcelino)
Estaba el patio trasero donde mi abuelo tenía una huerta al lado de la casa que, en el pasado, fue la residencia de la familia, todavía de una época lejana en la que no había agua corriente ni electricidad. Cuando era niño y pasaba tiempo con mis abuelos, me gustaba ir a la casa del quintal, como le decían. En aquella época sólo servía de apoyo a la huerta y cobijo de una pequeña granja de conejos y gallinas. Siempre me ha gustado la configuración del patio trasero largo, angosto y amurallado.
De la construcción original sólo se conservan algunos muros principales y esquinas de piedra. La volumetría permaneció invariable, pero la lógica de organización interna se transformó totalmente. La cocina funciona como el “pivote” central de la casa, con conexiones directas a la zona de dormitorios, al salón frente al jardín y al patio a través de una puerta doble vidriada. Allí, bajo una pérgola, se produce una suave transición entre el espacio interior y el exterior.
Los viejos árboles frutales conviven hoy con otras especies elegidas por sus cualidades de sombra, encuadre y metamorfosis durante todo el año. Toda la vegetación cercana a la casa es caducifolia, lo que permite que el sol caliente el interior en invierno. Cerca de los límites, se dio preferencia a las especies con hojas persistentes. Todo aquí se trata de vivir al aire libre durante cada una de las cuatro estaciones. La casa es sólo el pretexto.
Finsa
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